La Dieta Mediterránea, en definitiva, se fundamenta en los ingredientes propios de países con clima mediterráneo, como es el caso de España o Italia. La riqueza y cualidades de los mismos convierten a esta dieta en un buen ejemplo de alimentación variada, equilibrada, saludable y nutritiva. Así lo avalan diversos estudios, junto con los innumerables beneficios que aporta a nuestra salud.
A continuación enumeramos los principios sobre los que se basa la Dieta Mediterránea:
1. Utilizar aceite como fuente principal de grasa saludable. El aceite es nuestro bien más preciado y utilizado en la cocina mediterránea. Su alto aporte en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos monoinsaturados lo convierten en un ingrediente con propiedades cardioprotectoras.
2. Consumir alimentos vegetales en abundancia. Se recomienda comer cinco raciones de frutas y verduras al día. De hecho, la fruta fresca debería ser nuestro postre habitual. Junto a las verduras y hortalizas, son nuestra principal fuente de vitaminas, nutrientes y fibra. Además, nos aportan gran cantidad de agua.
3. Tomar cereales a diario: pan, pasta, arroz… Ricos en carbohidratos, aportan gran cantidad de energía a nuestro cuerpo.
4. Comer alimentos de temporada, frescos y poco procesados. En el caso de los primeros, nos estaremos beneficiando de su mayor nivel de aportación de nutrientes y sabor.
5. Consumir diariamente una cantidad moderada de productos lácteos. En este grupo destacamos los yogures y quesos, alimentos que son ricos en proteínas, minerales como el calcio o fósforo y vitaminas.
6. Comer ocasionalmente carnes rojas y procesadas. Lo ideal es que estas formen parte de platos de verduras y cereales. La carne nos ofrece proteínas, hierro y grasas variables, de ahí que sea recomendable tomarla en pequeñas cantidades y acompañadas de otros alimentos.
7. Tomar pescado con regularidad y huevos con moderación. Aunque el pescado también aporta grasas, son bastante parecidas a las de origen vegetal. Por tanto, es una de las mejores que podemos consumir.
8. Por norma, beber agua durante todo el día, no sólo en las comidas. Y es que, este líquido es fundamental en nuestra dieta. También podemos tomar vino, aunque con moderación, únicamente acompañando a las comidas.
9. Realizar actividad física todos los días. Junto con la comida, la práctica de ejercicio físico nos ayuda a mantenernos saludables, entre otros beneficios.
La Dieta Mediterránea no es sólo un hábito alimenticio, sino un estilo de vida en sí mismo. Es una característica que define y caracteriza desde hace siglos a la gastronomía y cultura de los países mediterráneos. Por eso mismo, en 2010 pasó a ser reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.