El consumo de aceite de oliva es promovido por los principios de la Dieta Mediterránea, que fomenta un estilo de vida y hábitos alimenticios saludables, basados en los productos propios de esta zona geográfica. En este sentido, se recomienda la ingesta de aceite de oliva, mejor aún si es Virgen Extra. Y es que este tipo de grasa, de origen vegetal, es reconocida por los múltiples beneficios que aporta a nuestra salud.
Históricamente, las civilizaciones de la cuenca mediterránea han estado ligadas al cultivo del olivo. Tanto, que se ha convertido en un elemento central de nuestra alimentación y en patrimonio inmaterial de la humanidad. En nuestros días, España es el primer productor mundial de aceite de oliva, siendo Andalucía la región que ostenta el mayor porcentaje de producción, en torno al 80%.
La relación entre aceite y salud también queda patente a lo largo de la historia. Médicos clásicos como Hipócrates, Avicena o Galeano lo incorporaban en preparados terapéuticos.
Tomar aceite de oliva y Virgen Extra de manera moderada, nos beneficia de la siguiente manera:
Según podemos ver, el consumo de aceite de oliva Virgen Extra tiene poderosos beneficios para nuestra salud. Tradicionalmente, es un producto base de nuestra dieta. Su sabor y cualidades lo convierten en algo único, en un producto preciado que traspasa fronteras. En el caso de España, por ejemplo, el 50% de la producción obtenida en nuestras tierras se comercializa en el exterior.